domingo, 7 de junio de 2009

CARNAVAL BLANCOS Y NEGROS

viernes, 3 de abril de 2009


Viajar a la selva amazónica es internarse en la mayor reserva ecológica del planeta, con una abundancia inimaginable de especies vegetales y animales. Esta región de alta lluviosidad, considerada el "pulmón del mundo", está marcada por el paso del río Amazonas, el más caudaloso de todos, y sus numerosos tributarios, que en su recorrido van formando centenares de islas.
La Amazonia registra una historia de expediciones coloniales aventureras con altos costos en vidas humanas, evangelizaciones masivas y explotación de indígenas por las empresas caucheras. Hoy, desarrollada una mayor conciencia en torno al hábitat de la población nativa y a la importancia de la fauna y la flora como reservas del planeta, la región amazónica invita a sus visitantes a conocer un mundo lleno de primitivo encanto y belleza.
Estar en el Amazonas es convivir directamente con la naturaleza. Es tener la oportunidad de conocer un río cuya anchura a veces lo hace parecer un mar, de adentrarse por las quebradas y escuchar el sonido de la selva, de observar la Victoria Regia, el loto más grande del mundo, y de admirar los famosos delfines rosados que acompañan las embarcaciones fluviales. Es, en fin, dejarse subrayar por un mundo que, sin conocerlo, resulta muy difícil de imaginar.
El Amazonas que, debido a su anchura parece más mar que río; la Victoria Regía, loto más grande del mundo cuyas hojas soportan el peso de un bebé; o los delfines rosados que si no asombran por su color, lo hacen por su inteligencia, son parte del embrujo que encierra la región amazónica colombiana.

TERRITORIO


El Amazonas que, debido a su anchura parece más mar que río; la Victoria Regía, loto más grande del mundo cuyas hojas soportan el peso de un bebé; o los delfines rosados que si no asombran por su color, lo hacen por su inteligencia, son parte del embrujo que encierra la región amazónica colombiana.
Sus aguas de quebrada y caudalosos ríos, irrumpen de forma abrupta en el verde misterioso de sus terrenos, dejando escuchar el mensaje de una selva casi virgen, que por poseer una inmensa reserva ecológica y albergar muchas de las leyendas que todavía son inexplicables para la ciencia, ha sido honrada con el nombre de "Pulmón del Mundo".
De los pocos paraísos que quedan en el planeta es el Amazonas y es tan extenso que está presente en varios países, comprendiendo la zona limítrofe entre Perú, Brasil y Colombia; y su río principal, el Amazonas, que al cruzar extraordinariamente de un extremo a otro la parte septentrional del continente suramericano, se convierte en el encanto más primitivo que pudiera tocar nación alguna; encanto que en ocasiones ni se reconoce en estas tierras.
En Colombia, el Amazonas hace parte de una de las regiones naturales en que se divide el territorio, ocupando un área de 403.000 kilómetros cuadrados, equivalente al 35% del territorio y comprendiendo los departamentos del Amazonas, Caquetá, Guaviare, Guainía, Putumayo y Vaupés.
Ya allí, en la selva, los centros de interés para todos los gustos no se dejan esperar, porque hay desde caminatas y deportes como la pesca y el rafting, hasta sitios de contenido cultural como el Museo Etnológico de Leticia de tipo turístico, la Isla de Santa Sofía, Puerto Nariño, el Parque Nacional de Amacayacu y el Lago de Yaguarcaca, entre otros. Sus costumbres alimenticias esta basada en los productos agrícolas nativos de la región y en el pescado, los cuales preparan de una forma particular conocida como la técnica de las tres piedras.
Dentro de la región Amazónica se encuentran varias clases de frutas exóticas, exclusivas de esta región entre las cuales podemos mencionar el copoazú, el arazá, el caimarón. La mayor parte de su territorio es llano, selvático, con una parte conocida como piedemonte amazónico, formado por las estribaciones de la Cordillera Oriental Colombiana



CAPITAL Y ACTIVO PUERTO COMERCIAL

Recostada sobre la rivera del río Amazonas, se erige Leticia (a 75 minutos de vuelo desde Bogotá), capital y activo puerto comercial que ofrece a sus visitantes centros de interés como el Zoológico Francisco José de Caldas y el Jardín Botánico.Y muy cerca de allí, es posible encontrarse con lagos de tal belleza exótica engalanados con la famosa Victoria Regia, el loto más grande del mundo que asombrosamente sostiene el peso de un bebé.
Y gracias a las posibilidades de desplazamiento y al establecido punto oficial de salida de su ribereña capital, es posible partir a los Parques Nacionales Naturales de Amacayacu, Cahuinari y La Paya, aparte de lugares mágicos como la denominada Isla de los Micos, famosa por la abundancia de éstos; así como atractivas excursiones por vía fluvial, donde es posible conocer de cerca las afamadas pirañas y caimanes que los guías atrapan momentáneamente para que los turistas admiren.

CULTURA


Dos de las características que hacen tan atractiva esta reserva mundial es precisamente su población todavía indígena y su comida nativa. La primera, envidiablemente convive con la naturaleza y está conformada por grupos pertenecientes a las tan primitivas familias lingüísticas Arawak, Tucano y Huitoto; estamos hablando de grupos como los nukaks, aún nómadas, los huitotos, yaguas, tucanos, ticunas, camsás e ingas que, gracias a lo denso de su selva, han podido salvar muchas de sus costumbres y tradiciones. Y su alimentación, que partiendo de su base, el pescado, que se prepara en variadas formas: frito, guisado, en sancocho y en caldos, es acompañado con gran celebridad por la farina - harina de yuca que constituye la dieta indígena -, la aguadepanela y la chicha de plátano. Pero más admirable aún es ver la "técnica de las tres piedras" para asar y hervir los alimentos; el casabe, una especie de arepa grande elaborada con harina de yuca brava, no puede faltar, como tampoco el pan de trigo y frutas exóticas como el arazá, el copoazú y el anón amazónico.
A los amigos de lo extraño, siempre se les da a probar el guiso de tortuga de río, con papas, yuca, tomates, cebolla y hojas de cilantro; y algo más convencional, son las bolitas de pirarucú, - pescado de río -, y continuando el recorrido exótico, el caimarón o uva llanera ofrecida en racimos; también el agridulce champés, que se parece a la breva o el cacay, similar al cacao, que consume después de secarse y tostarse al sol. Al folclor de Amazonas lo podríamos llamar de transición, pero en un sentido geosociocultural, es decir, existe en él mucha influencia de las danzas y bailes de hondo contenido y mensdaje selvática de Loreto, y también de aquellos de las serranías de Cajamarca. Entre las expresiones dancísticas más conocidas tenemos el Trapichillo, el Quinsamanda, la Marinera, los Danzantes, los Pastores.
Una de las danzas de mucho arraigo en Amazonas es la llamada, precisamente, de los Danzantes. Éstos se presentan en los difrentes pueblos con ocasión de los aniversarios cívicos-nacionales, de las fiestas patronales y de la conmemoración de la creación política de los pueblos. Los Danzantes son contratados por los caporales y los mayordomos que "pasarán" las fiestas religiosas o laicas. La presentación completa la realizan con la intervención de los "maestros" y "chaupemestros", quienes siempre danzan en pareja. El danzante tiene una vestimenta de vistosos colores y muy elegante. En la cabeza lleva una corona que está decorada con hermosas plumas de tucán. Algunos danzarines también utilizan el pico de esta ave como adorno de la corona. A la altura del tobillo y hacia arriba se amarran unas sonajas que los lugareños denominan shacapas.
La coreografía, en su mayor parte, consiste en movimientos ágiles, desplazamientos rápidos, saltos y contorsiones acompasadas. Los mejores danzarines son los que en forma rítmica pueden integrar sus movimientos coreográficos con los sonidos de las shacapas. Además tienen que coordinar con el pífanero, que es un músico tradicional que toca la flauta y el tamborcillo, es decir, el Danzante debe llevar el compás de la música que toca aquél. Es fama que estos Danzantes son muy orgullosos, y en los contratos que realizan con los mayordomos exigen una atención especial, buena comida y bebida de las mejores, pero todo típico del departamento de Amazonas.

RESERVA NATURAL

La región amazónica es considerada la mayor reserva ecológica del planeta y su más grande pulmón, con un área de 6.430.000 kilómetros cuadrados que forman la cuenca del majestuoso río Amazonas, cubierta casi en su totalidad por una impenetrable selva que ha requerido el transcurso de miles de años para formarse.
De la Amazonia, a Colombia le corresponden 403.348 kilómetros cuadrados de selva tropical húmeda, extendida sobre una topografía suavemente ondulada cuya altitud varía entre 100 y 500 metros sobre el nivel del mar. El resto se reparte entre Brasil y Perú.
El río Amazonas, con un caudal de 120.000 metros cúbicos de agua por segundo tiene una longitud de 6.275 kilómetros, en los cuales se cuentan cerca de 6.000 islas. El río nace en Perú y desemboca en Brasil. En Colombia, los más grandes ríos que desembocan al Amazonas son el Putumayo y el Caquetá. Por estos ríos y sus numerosos afluentes se realiza el comercio y se comunican entre sí los poblados de esta enorme zona selvática.



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